Nuevo Gobierno, nueva dirigencia del partido. Ese es el mensaje que ha dado Claudia Sheinbaum en su último discurso dirigido a la militancia de Morena antes de asumir la presidencia de México, el próximo 1 de octubre. La presidenta electa anunció el cierre de un ciclo político en el bloque gobernante e inauguró una “nueva etapa” para delinear la hoja de ruta de la próxima dirigencia, que será elegida este domingo. Sheinbaum tomó el bastón de mando e hizo un llamado a preservar la unidad, evitar los abusos de poder y luchar contra el machismo y el racismo. Pidió también a sus correligionarios “no ser un partido de Estado” y mantener sus principios en la construcción del “segundo piso de la Cuarta Transformación”, el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador, ahora bajo su tutela.
“Gracias presidente, por siempre”, afirmó Sheinbaum. “En esta nueva etapa nos toca a todas y todos guardar su legado”, agregó. A unos días del cambio en el poder, el movimiento ha acelerado el relevo generacional en su estructura partidista y ha nombrado ―sin competencia ni oposición interna― a Luisa María Alcalde como nueva líder y Andrés López Beltrán Andy, hijo del presidente, como secretario de Organización, para consolidar su hegemonía electoral. Apenas a una década de su fundación, la popularidad de López Obrador y el derrumbe de los partidos tradicionales han catapultado a Morena a ser la fuerza más votada de México, ganando la presidencia y la mayoría calificada en el Congreso, así como las gubernaturas de 24 de los 32 Estados del país. Carolina Rangel, exfuncionaria del Gobierno de Michoacán y excandidata a diputada, será la nueva secretaria general de la formación y está llamada a ser la mano derecha de la nueva dirigente.
“Seis años después, podemos decir que la Cuarta Transformación es una realidad en el presente y en nuestra historia”, dijo Sheinbaum, sobre el fin de la presidencia de López Obrador. El presidente fue invitado al Congreso Nacional de Morena, pero declinó y no estuvo presente en el acto en el World Trade Center de Ciudad de México, encabezado por la plana mayor del partido oficialista. La presidenta electa dio un paso al frente para trazar los siguientes pasos del movimiento y del proyecto político oficialista con un decálogo de principios. “El pueblo de México se expresó libremente en las urnas y tomó nuevamente una decisión histórica, continuar con la Cuarta Transformación de la vida pública y elegir por primera vez en 200 años a una mujer como presidenta”, declaró.
Al grito de “presidenta, presidenta”, Sheinbaum celebró la aprobación de la reforma judicial, que somete a voto popular los nombramientos en el Poder Judicial, y destacó el proceso de transición, una extensa gira por todo el país de la mano de López Obrador para despedir al presidente y marcar el camino de la nueva mandataria bajo el lema “continuidad con cambio”. “Me comprometo con ustedes y con el pueblo de México a que voy a estar a la altura de las circunstancias, habrá continuidad en los principios del humanismo mexicano, seguiremos gobernando con el principio más humanista de todos: ‘por el bien de todos, primero los pobres”, afirmó.
La continuidad estará marcada por los aumentos al salario mínimo, la expansión de los programas sociales y la conclusión de los proyectos insignia de esta Administración, como el Tren Maya y el Corredor Interocéanico. La promesa de cambio, por el combate al clasismo, racismo y machismo; la consolidación de un solo sistema de salud pública; la construcción de un millón de viviendas; el fortalecimiento de empresas públicas como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE); el impulso a la ciencia y educación; la reorganización de la Guardia Nacional, y la estabilidad en el manejo de las finanzas públicas y la economía.
“Inicia también una nueva etapa en Morena”, adelantó. Sheinbaum destacó, por encima de todo, “el valor de la unidad”. “No creo exagerar, al decir que somos el movimiento social y político más fuerte de todo el mundo, tenemos un pensamiento claro y principios sólidos”, aseguró. Pidió a los militantes comportarse con “honestidad y sencillez”, evitar la ostentación, el “influyentismo”, los abusos de poder y el “exceso de pragmatismo”. “Morena es pueblo”, dijo. La presidenta electa exhortó también a mantener las encuestas como método de selección de candidatos y “la tómbola” para el reparto de candidaturas plurinominales, así como el principio de “austeridad republicana”.
“No nos arrodillamos nunca frente al poder del dinero, ni frente a ningún poder extranjero”, señaló, después del choque con Estados Unidos por la aprobación de la reforma judicial. Sheinbaum celebró también el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, así como el impulso a una enmienda en materia de Pueblos Originarios y Afrodescendientes, próxima a ser aprobada en el Congreso. La virtual mandataria, sin embargo, no se refirió de forma explícita al resto de proyectos de ley que anunció López Obrador en febrero pasado. “Será un Congreso histórico”, auspició sobre el Poder Legislativo.
“Creemos en un México de libertades, de justicia, un México soberano, de democracia verdadera, donde el que mande sea siempre el pueblo de México”, concluyó, entre vivas a López Obrador, al movimiento y al país. Tras entonar el himno nacional, la militancia inició el cónclave para renovar la dirigencia partidista. El actual dirigente, Mario Delgado, y la secretaria general, Citlalli Hernández, se integrarán al Gabinete como secretarios de Educación y de las Mujeres a partir del próximo 1 de octubre.